20 de Noviembre , Dia internacional de los derechos del niño
Desde la biblioteca os proponemos la lectura de Letras en los cordones. Este libro evidencia que aún hay muchos niños en el mundo de hoy que no pueden ir a la escuela. La educación es un derecho y nuestros niños deben valorarlo y luchar porque todos los niños y niñas del mundo puedan recibir una educación de calidadCristina Falcón Maldonado. Il.: Marina Marcolin
Editorial Kalandraka
Qué bonito es cuando,
desde la páginas de un libro surge la voz de un niño que te cuenta a través de
su mirada su intenso mundo. Emociones, compañías y vivencias que acompasan al
crecer y hacen conectar al lector con la infancia, donde detalles que en
apariencia son sencillos, dejan una huella imborrable. La voz es de una niña,
la tercera entre siete hermanos todos seguiditos que viven con la abuela.
Claro que para
ella no hay nada como la presencia de su mamá que viene los fines de semana:
todos duermen con ella para que no haya envidia de los besos, les cuenta
historias de cuando era pequeña y con ella, están seguros que nada malo
les pasará. Está descubriendo el mundo tan acompañada, que lo hace también a
través de lo que viven sus hemanos, y en especial de Flor, que es la mayor.
Flor ya sabe
leer, dice que las letras, que a mí me parecen unos dibujos muy difíciles de
entender y de juntar, son contadoras de cosas y que cuando aprendes a leer es
como si te contaran cuentos.
A Flor le encanta la
escuela y quiere se maestra de mayor. Y aunque es la encargada de cuidar a sus
hermanos, sueña mucho.
Yo creo que es
por las letras, que a Flor las letras le han metido esas cosas en la cabeza.
Este libro, tan
estéticamente delicioso, no guarda una historia para recrearse, sino muchas
historias para pensar, removerte y hacer un poco mejor lo que nos rodea.
Lleno de afectos y de
mucha humildad, nos adentra en una familia en donde la madre tiene que trabajar
lejos de casa y los niños deben andar un camino largo para ir a la escuela y
sin zapatos. No es una historia de otro tiempo, es una historia de hoy en
muchos lugares del mundo.
Letras en
los cordones surgió a raíz de
la participación de Cristina Falcón
en una campaña internacional organizada por varias ONG’s en favor del derecho
de la infancia a la escolarización y la educación.
Sorprende el
hecho de que el relato está contextualizado en un tiempo pasado pero,
lamentablemente, todavía en las escuelas rurales y de montaña, en
Latinoamérica, los niños caminan dos horas para llegar a la escuela y no tienen
zapatos.
Y a veces suceden
estas maravillosas coincidencias, en donde hay una buena historia y una buena
ilustración.
Marina Marcolin
llena de romanticismo las páginas, usando papeles viejos en tonos beis,
cuadernos de escritura de pauta, letras de imprenta, lápiz y acuarelas
abocetadas…
Ilustraciones que
cargan de emoción cada línea escrita. Pensaba que qué protagonistas son las
letras en nuestras vidas desde pequeños. No siempre son fáciles y a veces se
ponen bravas cuando se juntan, otras se quedan calladas… pero cuando se
encienden, cuando se abren, el mundo se hace inmenso, y con ellas vas cambiando
y creciendo.
Pero no todos los
niños y niñas tienen acceso a la educación. Y casi siempre, la falta de zapatos
va asociada a la falta de letras. Más de 75 millones de niños en el mundo no
van a la escuela, de los cuales las niñas sufren aún más esta carencia.
Uno de los Objetivos
de Desarrollo del Milenio para 2015, es velar porque todos los
niños y niñas puedan terminar un curso completo de enseñanza primara. Este
objetivo hará que el resto de los propuestos progresen. Si tienen acceso a una
educación de calidad pueden ayudar a conducir a su país fuera de conflictos, de
la pobreza y hacia la recuperación y crecimiento económico.
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